lunes, octubre 10, 2005

Catorce días después

El tiempo que ha pasado desde que no posteaba, catorce días. Muchas noticias han pasado por nuestros ojos y oídos y tengo la percepción de que la crisis que muchos voceros de este país pregonan puede ser mucho antes de lo que quisieran.

En cada legislatura aprendemos la lección de que cuatro años dan para mucho. Recuerdo sin datos que os pueda ofrecer como la primera de la era aznarita fue de malos resultados en los dos primeros años. Gracias a la falta de un hombre de consenso en el PSOE y a que la situación económica mejoraba fue como el PP consiguió ganar por mayoría absoluta las elecciones. Es verdad que fue el partido más votado de la historia, pero por número de escaños no. El record lo ostenta Felipe González y creo que es muy difícil que se lo arrebaten.

La derecha siempre ha tenido esa fidelidad para estar en constante movilización. Y desde que se unieron todos los partidos de tendencia derechista, democristianos y algunas facciones enraizadas con la extrema derecha en lo que hoy conocemos como Partido Popular, el suelo de votos ha estado en unos porcentajes de voto estimado nunca inferior al 30%. Eso con los métodos de reparto proporcional que tenemos se convierte en una horquilla a partir de los 130-140 escaños.

Cuento todo esto porque el Gobierno de Zapatero está pasando por la etapa de mayor impopularidad hasta hora vivida desde que ganó las elecciones 14 de marzo de 2003. La semana la encuesta que publicaba El País le daba solo dos puntos por delante del PP y hoy otra que publica El Mundo le sitúa cinco décimas por detrás de los populares.

Las movilizaciones contra la derogación de la Ley Educativa de Pilar del Castillo, una ley confesional y a la medida de la Conferencia Episcopal; las constantes manifestaciones de Alcaraz y sus gentes de la AVT organizando manifestaciones en cualquier esquina y visitas programadas a los cementerios mucho más peregrinas que las que Stevenson nos contaba en sus relatos de El diablo en la botella; las declaraciones muy altisonantes de los trilocos Acebes, Rajoy y Zaplana por los constantes rumores de que el Gobierno negocia con Eta; el apartheid de Ceuta y Melilla a cuyos lugares ha acudido Rajoy a hacerse una foto con la clase política despreciando a esa pobre gente; y, por último, el estatut.

El gobierno ha hecho cosas muy mal. Pero no todas. De todas estas noticias en candelero sin duda que la que más está perjudicando a Zapatero es la reforma del Estatuto de Autonomía en Cataluña. Zapatero sabía qué podía pasar pero también sabía que lo tenía que hacer. En ese proceder que tiene dejando hablar a todo el mundo el presidente ofrece una imagen de descontrol y de estar sobrepasado por los acontecimientos. Sin embargo, creo que tiene mejor atada la coyuntura actual de lo que muchos creen. Algo similar le pasó con Ibarreche y creó que lo solventó con reflejos y templanza.

El estatuto era uno de los desafíos que quedaron pendientes de la anterior legislatura por motivos obvios. Rajoy llevaba en su programa electoral la reforma del senado y de los estatutos y ahora nos encontramos con que hay aprobado una reforma del de la Comunidad Valenciana, menos pretencioso que el catalán pero que también es exigente en las transferencias que solicita al estado. Y Rajoy ni nadie de su partido han critico, antes al contrario lo han ensalzado.

Y digo yo, es que Francisco Camps con su discurso del agua no es tan nacionalista como Carod, Marcelino Iglesias o Valcárcel. Tanto Camps como el Presidente de Baleares no han ocultado, mostrando una actitud fenicia, que si Cataluña consigue lo que pide, ellos también lo quieren para sus Comunidades. Oposición de dos caras. Doctor infierno, por un lado mujer y por otro hombre. Las CC AA se han convertido en pequeños reinos de taifas. Reclaman para sus ciudadanos más dinero y más transferencias tributarias. El cuerpo de funcionarios de las CC AA supera al que tiene el Estado. El aumento de la inmigración y la mala gestión de CC AA y Estado al no prever hace unos años que los servicios sociales y sanitarios iban a colapsarse en algunos lugares si no se ponía remedio, nos ha llevado a esta situación de asfixia que viven las comunidades grandes por el hecho de querer vivir por encima de sus posibilidades.

Es curioso pero aun sin conocer los balances fiscales de cada una de ellas, las comunidades que más han prosperado son las más pequeñas. Me baso en hechos percibidos en recientes visitas. Han prosperado merced a la actualización de los alojamientos para la explotación de lo que antes era desconocido para muchos: el turismo. Paradójicamente en el ámbito de infraestructuras no han avanzado en demasía, pero lo cierto es que son ofertas atractivas con buenos servicios guiados y a buen precio.

Que avancemos en la atribución de competencias siempre que no desequilibren la importancia que tiene el estado en la actual Constitución no es ni mucho menos malo. Otra cosa es lo que reclaman las comunidades históricas. El término de nación como lo conocemos no creo que les pertenezca, pero sí que les corresponde una distinción semántica que reconozca lo que históricamente fueron. El término identidad no daña para nada la organización de un estado a medio camino entre federalista y centralista.

Despojarnos de la caspa que cubre los trajes de nuestros padres y abuelos sería por ejemplo aceptar sin aspavientos el diálogo. No estamos en un tiempo previo a una Guerra Civil como ha afirmado algún terrorista reconvertido en las ondas católicas. Ese tipo de comentarios habría que desterrarlos porque una gran parte de la sociedad no tiene, en absoluto, esa percepción.

Vivimos en un estado libre en el que algunos políticos, medios de comunicación y colaboradores recuerdan su pasado con nostalgia y sin ambages. Sería bueno que lo tuviéramos en cuenta. Las caretas que ponen hasta a sus hijos para utilizarlos en manifestaciones se les están horadando y tras ellas esconden rostros hoscos y ajados, llenos de muecas que poco pintan en este mundo.

Si el Gobierno está haciendo una mala gestión de las cosas, que lo digan, que propongan nuevas medidas y que sean activos en su trabajo, pero que por favor respeten un poco más a las personas y a los ciudadanos que no compartimos sus opciones.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

David, al fin y al cabo el muestreo de popularidad también es una noticia. Es decir, una fabricación. Así que, como en el resto de noticias que comentas puede que medien "ruidos" entre los hechos y el relato de los hechos: entre la realidad y lo real. Y tú sabes bastante de este tema...

Anónimo dijo...

Yo ya te habia puesto falta...