martes, febrero 21, 2006

Más mentiras

Lo poco que este blog es no lo sería si no fuera por los que comentáis el poco seso de este que ahora suscribe. El pasado sábado viví con delectación la puesta en escena de dos personas que conjugan el liberalismo, con todo el contexto primigenio que a algunos nos atrae. Mou y un nuevo amigo gallego, Miguel NR dieron una lección debatiendo con las ideas y las palabras. Lo más hermoso que nos queda respondiendo a aquella pregunta es la palabra.

Las palabras son claras como el agua de un arroyo alumbrado y, a veces, revoltosas. El Tribunal Supremo hoy lo ha dejado muy claro. Definitivamente ha dejado sentada la base para que los mentirosos no vuelvan a decir o insinuar que este Gobierno abre las puertas de las cárceles españolas para que salgan los presos de Eta.

El Supremo no ha dictado jurisprudencia porque no puede hacerlo. Habrá que esperar a que dos sentencias fijen este criterio cuyo dogma ha quedado sentado hoy. Sin embargo es probable que los abogados de los etarras recurran al Constitucional. Les ampara en cierto modo que en justicia no hay retroactividad para perjudicar al reo y, además, colisionaría con el principio de desigualdad reflejado en el Título Primero. Que deseemos ver a los de la Eta pudrirse tras las rejas de sus celdas es loable, pero la justicia está por encima de nuestros deseos. Por eso, como dijo Prieto hace unos días estoy ante todo con la democracia.

Llevábamos varios días rumiando rencor por las esquinas por las barbaridades que la mala baba de la derecha ha rebuznado. Hoy están contentos porque según lo dicho por Acebes, los jueces le han dado la razón.

Que Dios les coja confesados.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

A mí me parece de todo punto rechazable, dicho sea con todos los respetos, lo que ha hecho el Tribunal Supremo. Ahora dejo las formalidades de leguleyo y secundo mi vena polemista:

La Justicia es ciega -por eso se la representa con una venda en los ojos-, y esta vez ha hecho trampa. Se ha levantado un poco, disimuladamente, para ver lo que se cuece, y la hemos pillado.

Cuando alguien es condenado, llámese Henri Parot o Fedeguico Jiménez Losantos, debe saber las condiciones con las que en ese momento recibe la Sentencia. Y resulta que con la partida empezada se han cambiado las reglas del juego. Por cierto, diciendo ahora el Tribunal Supremo algo distinto a lo que puso en otro pronunciamiento en 1994. ¡Viva la "seguridad jurídica"!

Parot, como Losantos, me merecen el mismo -ojo: "el mismo"- repudio. Pero la Justicia debe seguir siendo ciega. Porque ahora, potencialmente, puede cambiar sus criterios para perjudicarme a mí, o a tí.

Anónimo dijo...

Bueno, por ahora Fedeguico no es un terrorista, por muy mal que nos caiga.

Lo que sí se puede hacer es cambiar el Código Penal.

Vomitaciones desde fuera dijo...

José Luis, tampoco estoy de acuerdo con que el TS haga de su capa un sayo según quien esté en la Sala de Gobierno y quien gobierne. Sin embargo lo que pongo de relieve es que ahora Acebes, El Mundo y el clan de la Cope se atribuya esto. Pumpido tenía razón en que las penas no podían acumularse, y fíjate la bronca.
Miguelnr, Losantos no ha matado a nadie, pero la palabra, el trazo y los adjetivos con que adorna su discurso son motivo de condena. Los periodistas debemos saber que la libertad como tope no debe existir pero no debemos abusar de esto. La difamación y el insulto no es gratis. Acaso lo es para Otegui, por ejemplo, que llamó Jefe de los Torturadores al Rey y por la que puede ser condenado.