Paisajes y retratos

En el foro de Ciberpunk hay abiertos en brecha varios debates que hablan de la conveniencia de dar soporte a los que quieren expresar una idea, vista desde su propio punto de vista y en común con la de otros. Escrito en limpio: expansión de redes ciberpunk con contenidos, por ejemplo, políticos, sociales, locales... Aunque parezca un juicio precipitado, el éxito Riyad Ciberpunk, refuerza la teoría de la dispersión sin que eso menoscabe la filosofía ciberpunk. Como creo no tener atributos –no precisamente varoniles– para entrometerme en el hondo debate diré que en esencia, tanto para Ciberpunk como para cualquier foro alternativo, lo más sustantivo es el debate de las ideas tras el que pueden salir nuevos manifiestos, perfectamente combinables. La pintura también se nos presenta como una gran vaguada abierta al análisis; de ahí devienen la discusión y el comentario. Reconozco que no soy un consumado conocedor de esta maravillosa disciplina, pero mi curiosidad da para comentar el paseo que di el pasado sábado por la exposición de Corot. Jean-Baptiste Camille Corot (París, 1896-1875) puede considerarse el iniciador del Impresionismo. Rasgos reflejados en la exposición que el Museo Thyssen Bornemisa, del 7 de junio al 11 de septiembre, ofrece en una retrospectiva del genial pintor francés titulada Naturaleza, Emoción, y Recuerdo. Ese mismo esquema es el que se sigue por las salas, revestidas de magentas, ausentes de paneles explicativos con la idea de que el visitante mida la obra por los sentidos. Lirismo y estampa poética por el gozo de retratos llenos de lujuria y equilibrio es lo que quedó en la retina. La presuntuosidad es propia de ignorantes, no es que sea ilustrado pero tampoco aspiro a colgarme la medalla al presuntuoso más pedante del mundo. Por esto y por muchas sensaciones que aún laten en mis arterias recomiendo a que os apresuréis a visitarla.La hora de cierre, a las 23.00, permite que al ponerse el sol en este mes de canícula se nos abra la vista y las sensaciones al entrar por los jardines. Un buen atardecer, poca gente y una bonita cafetería con lámparas a media luz son algunos de los incentivos para animarse.