La diferencia entre maestro y genio
Dice mi amigo Germán San Nicasio que entre un maestro y un genio hay una diferencia que marca la tendencia hacia un lado u otro.
Y cuál es para ti esa diferencia, le dije yo.
Muy sencilla, contestó. Un maestro hace lo que sabe muy bien, mientras que un genio inventa, crea elementos nuevos. Por ejemplo, Delibes es un maestro. Todo lo hace perfecto. Cuenta las historias como nadie, pero no inventa. Sin embargo, Picasso, sí. Es un genio, creo composiciones que antes nadie había hecho.
De mi amigo Germán os puedo decir que es un maestro, que va camino de genio. A los 24 años ganó el IV premio literario Fundación Joselito, dotado con 36.000 €.
En ese tiempo estudiaba Arquitectura, trabajaba en un estudio y dibujaba de todo. Un portento. Meses después dejó la carrera, poco a poco aparecieron muchos cuadros suyos para ilustrar cartelerías taurinas, o solamente para lucir en lugares insospechados de abolengo taurino.
Una etapa breve, que fue punto y seguido para pintar decenas de cuadros de mujeres y estampas urbanitas de arte popero. Un canto a lo de Warhol, un guiño al Madrid golfo, a la mujer provocativa, seductora por la que los filos de acero se deslizan en carne humana. Varios de ellos viajaron a futuras exposiciones a próximas subastas esperando a cientos de ojos reveladores.
El ingenio de un tipo así solo podía salir de Madrid(es) carabanchelero(s) con infancia oliendo siempre a preso de cárcel. Una paradoja, la de vivir en barrios pobres, presuntamente deprimidos por la opulencia del desarrollismo financiero, y ser un genio con aura canalla y fresca de rocío postrero.
Fuera del muro con olor a Loewe, de complementos embellecidos con haches de dioses y de rojos de doble ce invertida que tapizan pieles taimadas y oxigenadas hay una misma ciudad allende, en otro mundo. Allá, fuera del perímetro, es donde quedan los centros de realojo, de desintoxicación, penitenciarios a la estratosfera de la corona pija. Carabanchel, Villaverde, Lucero, Lavapies, Vallecas, San Blas son lugares propios, con vocación de macondos sin vírgenes. Despertares de ciudad con ambiciones de cambiar lo justo por lo justo de ruptura sin rotura, de repente y sin que te vean. Estallidos de talento que traen un sentido común dinámico.
El Madrid de Galdós, de la Calle Valverde, de La Colmena, es un escenario que hoy se mueve al sur y al este. Por eso hoy, después de hablar con Germán de la expo en el MNCARS retrospectiva de Juan Gris comprendo que la regularidad y categoría en la obra de este madrileño es con rotundidad la de un maestro. Tal vez la uniformidad me llevó a creerle mejor que Picasso.
Ahora sé que no.
Llevabas razón, amigo, los genios son otra cosa.
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